Esa fue la pregunta que me hice cuando nos aproximábamos hacia esa zona del país. Después de la pedaleada en Barichara, no habíamos tenido la oportunidad de pegarnos otra buena ruta en bici.
Yo en algún momento de la vida me fui pedaleando hasta el Tayrona pero no logré pasar con la bici más allá del parqueadero del Parque Natural. El terreno no es que se preste mucho para eso, la verdad. Intentamos ingresar al parque porque vi en algún foro que algunos habían logrado ingresar hasta las playas con la bici, pero al llegar a la puerta un celador firme con la decisión de no dejarnos ingresar y una fila de más de 80 turistas nos hicieron desistir del plan.
Pero no me iba a quedar con las ganas. Se sabe que este parque tiene cerca de 225 kms² y vi por Wikiloc que varias personas se habían hecho rutas de MTB en cercanías a la entrada principal del parque. Esto de una resonó con mi intención y me puse a revisar el Maps para ver qué me podía hacer.
Noté que hay una trocha bien guerrera por la vereda Los Cocos, conectando con la vereda Los Naranjos y Cañaveral. Quienes han ido al Tayrona, saben que uno pasa por esas veredas cuando va atravesando el Tayrona. La idea era tomar toda la parte montañosa lo que fuera que eso significara.
En esa pedaleada de antaño yendo al Tayrona, fui en pleno Enero y la experiencia fue más que traumática. Los repechos junto con la fuerza abrumadora del viento en contra es peor que la montaña con el porcentaje más aterrador.
Además, tuve que sortear con muchas vicisitudes, entre esas, que es una carretera famosa por su alto nivel de accidentalidad y no se imaginan cuántos ebrios en burro o a caballo tuve que esquivar.
Por estas y más razones, nos metimos con toda a la zona montañosa sin imaginar lo hermoso que es por allá. El agua del Río Cañas es más clara que un pensamiento por la mañana. La trocha es un sueño porque está en medio de la selva fresca, es angosta y hay que hacer ascensos complejos y descensos sobre las raíces de árboles muy antiguos.
Siempre estuvimos perdidos porque no había registro de pedaleo en esta región del planeta. Seguro habrá gente que lo ha hecho pero encontrar dicho registro no me fue posible. Vimos muchos glampings y hospedajes hippie chic por el sector por lo que había cierto tipo de infraestructura y orden, pero todo estaba pensado para transitar a pie.
Cuando se nos acabó el camino, decidimos ir al mar. Llegamos a una playa que queda muy cerca de las famosas playas del Tayrona y se veía exactamente igual a ese mar precioso y bravo del parque. Las bicis inevitablemente se nos mojaron con el agua de mar y entendí que el trajín que iban a tener en ese viaje era razón suficiente para hacerles un mantenimiento bien completo. Pero eso no sucedería pronto.
Comparto contigo mi ruta en Strava para que le eches un vistazo y ojalá, hagas pronto.
Ya cuando llegamos al hospedaje, nos relajamos y empezamos a planear el camino que nos esperaba al día siguiente.
-¿Hacia dónde van?- Nos preguntaron en el hotel. -Queremos llegar a Punta Gallinas.- -¡Uy, pero eso es lejos y tienen el carro estrellado!- Nos respondían abriendo los ojos.
Sí, estábamos aún lejos del objetivo y los comentarios de los lugareños nos empezaron a alarmar un poco. Que era muy difícil llegar, que los wayúu, que la carretera, que la distancia. Nos metieron tanto terror, que incluso decidimos ir hasta el Cabo de la Vela y tantear la cosa a ver si nos atrevíamos a ir a la punta más norte del Continente.
Ese chisme te lo contaré en la próxima entrada. Gracias por leer y por fa cuéntame si haz hecho trochas similares y qué tal te pareció esta entrada.