Arrancamos un domingo madrugados hacia nuestra primera parada: Arcabuco.
Esta hermosa población nos quedaba de camino a Barichara. La carretera es hermosa, está en excelente estado y te encuentras con muchos detalles visuales y olfativos que despertarán tus sentidos.
Es la tierra de Nairo Quintana, uno de nuestros héroes ciclistas, uno de los muy talentosos ciclistas del departamento de Boyacá. Fue imposible no imaginarse al Nairo niño pedaleando esas lomas indómitas haciendo los mandados. Al pasar por esa zona, verás La Casa de la Montaña, la icónica casa de Nairo.
Siempre hay que valorar cuando nos dan datos de buenos restaurantes de carretera ¡Es un tesoro! El que te voy a recomendar en este sector es La Quinta. Tiene las mejores fresas con crema que me he comido en este país. ¡Y ni siquiera tuve que pedirlas! Ellos las sirven así no más, de entrada. Nunca había visto que lo recibieran a uno con fresas grandotas y dulzonas, remojadas en una deliciosa crema de leche que sabrán ellos cómo le hacen, para que quede bien tupida.
LUNA DE MIEL EN LA CABAÑA DE MIEL
Llegamos a un Arbnb muy lindo y familiar llamado Cabaña de Miel. Nos llamó la atención que era muy familiar, pet friendly, que tenía un concepto de construcción sostenible (la mayoría de las cabañas están hechas con materiales recuperados y reciclados) y cada esquina del lugar gritaba a los cuatro vientos su amor por las abejas y la miel.
Resulta que este lugar tuvo sus inicios gracias a un sueño epifánico que tuvo el promotor de este lugar. Soñó con un enigmático hexágono, símbolo incuestionable del panal de abejas. Aburrido de su vida rutinaria en la ciudad, decidió adquirir el predio y junto a su esposa y una pequeña hija, montaron este mágico lugar con el fin de recuperar la población de abejas que de por sí ya era bien baja.
A los pocos años de estar allí, tuvieron otro hijo y el lugar se convirtió en un verdadero tesoro para el turismo sostenible en el sector. Ha sido tal la acogida, que cuentan con un tour abejero muy chévere, en el que te explican muchos de los intrincados secretos del mundo de las abejas, y podrás degustar diferentes tipos de miel. Sí, hay diferentes.
¡Yo no tenía idea! Aquí aprendí que la miel tiene cosechas con sabores variados provenientes de maderas y flores de la región. Se sienten los sabores de dos departamentos mágicos: Boyacá y Santander. El roble de la montaña y la orquídea morada llegarán a tu boca gracias al trabajo de estas diligentes abejas obreras que se las arreglaron para vivir a esta altura.
Si vas en pareja, será sabroso. Si llevas pelaos chiquitos, también la van a pasar bueno. Tanto el hospedaje, como las zonas abiertas y comunes tienen detalles para la diversión de adultos y peques. En nuestra estadía, la luz se fue por la noche y eso nos regaló un cielo estrellado con tímidos relámpagos que iluminaban por milésimas de segundos, al cielo.
Obviamente puedes comprar miel de verdad, polen y muchos otros productos cosméticos y de bienestar elaborados exclusivamente con miel y de manera artesanal. Yo me compré una cremita para las arruguitas de los ojos.
Por ahí pasa una trocha que conecta con Gámbita. Le puedes meter también factor bicicletero. Aquí te dejo el chiqui recorrido que me hice en bici. Si tienes tiempo, llégale hasta Gámbita y me cuentas cómo te va. Me contaron que el paisaje es de ataque: hay unas caídas de agua muy bellas y que pocos conocen.
EL MAPA Y LA RUTA PA QUE TE LA HAGAS
BONUS: Debo confesar que el zumbido de las abejas me trajo un recuerdo súper loco de mi infancia en el llano: un día estábamos con mi hermano mayor en la sala de la casa jugando play station cuando de repente llegó una vecina gritando. Una nube de abejas la tenía rodeada y en medio de su desesperación, llegó a nuestra casa buscando ayuda, haciendo que las abejas no sólo la atacaran a ella, sino también a nosotros.
Ese momento fue algo angustiante pero ahora lo recuerdo con mucho humor. Tratamos de ayudarla echándole un baldado de agua pero lo único que logramos fue atragantarla(jajajaja). Las abejas se apoderaron de la casa y yo salí corriendo porque no supe qué más hacer.
Duré con abejas enredadas en el pelo como tres días y me picaron unas seis en el cuerpo. Gracias a la experiencia en Cabaña de Miel me reconcilié con el zumbido y con las abejitas. Ellas son muy importantes para el planeta.