ME SALÍ DE UN GRUPO MUSICAL, OTRA VEZ.

Para nadie es un secreto que hacer música es tremendamente retador, pero lo es aún más cuando lo haces en grupo. He tenido varias experiencias con agrupaciones, algunas más amenas que otras, y a la larga, todas han finalizado en algún punto.

O me voy yo, o se van los demás. Es parte de la dinámica común de las agrupaciones. Por eso admiro tanto a los grupos que han permanecido a través del tiempo, sin importar los desafíos.

Es como cuando tú ves a una pareja de ancianos agarrados de la mano. Te preguntas: ¿Cómo carajos lo han conseguido?

Ese fue mi caso con Sonoramas, una agrupación que ya llevaba varios años de trabajo al que yo me sumé a finales del 2023. Presenté una audición invitada por Juan Diego Nieto, el bajista del grupo a quien yo ya había conocido en el mundo de la música años atrás.

Lo que más me gustó de la banda, fueron sus composiciones divertidas provocadoras, y un estilo musical que conectaba con mi pasión por el afrobeat, la cumbia, el currulao y el rock.

Era una combinación difícil de ignorar, además de que también había un violín en la ecuación, lo que hace a Sonoramas un proyecto más que especial.

Al adentrarme en las dinámicas de la banda, comencé a ser proactiva cada vez más, teniendo en claro que el liderazgo era de Alejo Oramas, violinista, fundador y compositor del grupo. Siempre me enfoqué en ayudar a darle un norte a lo que tan talentosamente ellos habían creado antes.

Cuando yo ingresé al grupo, ya existían algunos asuntos por resolver a nivel técnico y emocional, como en todos los grupos. A pesar de eso, seguimos adelante y gracias a ese empuje, resultamos grabando esta hermosa pieza musical llamada Flor de mi jardín.

En medio de un huracán naciente, logramos hacer realidad esta canción que quedará para siempre en la memoria colectiva al interior de Sonoramas. Para mí es un fragmento de tiempo en el que fuimos una banda que lo tenía todo para llegar al estrellato.

Y es que eso son las canciones: Casi 3 minutos de un sueño materializado.

Los asuntos no se pudieron resolver, por lo que decidí hacerme a un lado y acto seguido, muchas cosas cambiaron dentro del proyecto, obligándonos a evolucionar de una forma distinta a la de hacerlo juntos.

Lo más lindo de todo, es que Alejo retomó las riendas del proyecto, llevándolo a algo más personal. Así que de seguro si lo escuchas actualmente, podrás apreciar una de las propuestas musicales más innovadoras en Colombia.

Tú apoyo sencillo, como asistir a sus recitales o descargar su música o chismosear sus redes sociales, pueden ayudarle a avanzar con amor en su proyecto.

¿Y mi música?

Te confieso quela razón #1 por la que he pertenecido a agrupaciones, es porque me parece divino hacer música colectivamente, además de que no contaba con la seguridad (ni el dinero) suficiente para hacerlo por mi cuenta.

Esto que pasó con Sonoramas fue el impulso definitivo para intentar manejar esas inseguridades y agarrar al toro por los cachos. Hacer música 100% mía, con producción externa pagada totalmente por mí y sólo por mí. Jamás había experimentado algo así, y me encanta esa autonomía. Cuesta más en todos los sentidos, pero lo vale.

No te imaginas lo que estoy preparando para este año. Me siento atrevida y lanzada. Las inseguridades ya no dominan mi presente y estoy trabajando honestamente por lo que amo.

Te diría que se vienen cositas, pero en realidad son cosotas, o al menos para mí. Espero que conectes con eso, con esa parte de ti que lucha por hacer algo con lo que Dios te ha dado desde que naciste: algún talento.

Te comparto los links donde podrás escuchar y ver mi material musical disponible. Sígueme en cada una de ellas, para que no te pierdas mis novedades musicales. Eso me motiva a seguir haciendo música para aquellos que saben que el alma y el cuerpo no sólo se mueven con perreo.

Todas mis canciones tienen historias: drama, chismes, peripecias épicas para poderlas lanzarlas y desnudos. Bueno, desnudos no. Sólo lo dije para captar tu lectura. Bye.